¿Puede la pesca y la acuicultura seguir siendo importantes en el futuro?

Si se continúan explotando los recursos marinos como lo hemos hecho hasta ahora en muchas regiones del mundo y seguimos maltratando nuestros océanos con otros impactos, los mares quedarán totalmente exhaustos en pocos años y dejarán de proveernos de pescado y mariscos como hasta ahora. Ya estamos percibiendo señales en este sentido. Si esto llegase a ocurrir, no sólo habría que asumir las consecuencias ecológicas de esta situación, también dejaríamos a millones de personas sin su medio de subsistencia. Pero esto no ocurrirá si hacemos una gestión de la pesca y de la acuicultura sostenible.

Se espera que, en apenas 30 años, la población del mundo alcance más de 9 mil millones de personas. Alimentar a todos representa un desafío gigantesco para la humanidad. Los estudios demuestran que en el África subsahariana, el consumo de pescado per cápita disminuirá [1] por un lado debido al crecimiento de la población y, por otro, debido a la sobrepesca en la región que no permitirá aumentar las capturas. Como ocurrirá en el resto del mundo, más y más personas tendrán menos pescado para compartir si no se actúa de manera responsable y sensata en la gestión de los recursos marinos.

Ejemplos como la anchoa del Cantábrico o el atún rojo del Atlántico oriental, muestran que una gestión racional de los recursos permite revertir situaciones de colapso inminente de pesquerías a situaciones con niveles de captura adecuados para abastecer los mercados. En el caso de restaurar las poblaciones de peces a niveles sostenibles, empleando una gestión racional de estos recursos considerando su conservación y la protección de los ecosistemas y especies sensibles y con una participación activa del sector extractivo, el pescado y los mariscos podrían desempeñar un papel fundamental en la nutrición e incluso satisfacer las necesidades de una clase media creciente proporcionando, además, seguridad alimentaria para los más pobres. [2]

La acuicultura, y los ingresos que genera, han aumentado enormemente en las últimas décadas. El resultado: más pescado en el mercado (su presencia ha ido aumentando significativamente desde los años ochenta hasta suponer casi un 50% del consumo per cápita, en la actualidad), precios que generalmente se han mantenido en un nivel asequible y más gente que nunca con acceso al pescado y mariscos. Y aunque los efectos de la acuicultura en la naturaleza son a menudo problemáticos, existen ejemplos que demuestran que se puede hacer de manera diferente. La piscicultura puede ser sostenible y utilizar menos recursos.

En este campo también se abren nuevas posibilidades para los países en desarrollo. Con una producción sostenible y eficiente, no sólo se pueden cubrir las necesidades humanas con alimentos de alta calidad, también pueden tener un papel decisivo en el mercado internacional, fortalecer sus economías y mejorar significativamente la calidad de vida de sus ciudadanos.[4]

Sin embargo, al final, es el consumidor final y el sector comercializador de los productos pesqueros los que deciden el futuro que tendrán nuestros océanos a través de las decisiones de compra o la selección de la gama de productos que ofertan a sus clientes. Sólo la creación de una mayor demanda, por parte del consumidor, de productos sostenibles y de una mayor oferta de productos sostenibles en los mercados y pescaderías traerá consigo cambios significativos en la gestión de los recursos marinos y conducirá a métodos de pesca y de acuicultura más sostenibles.

De esta manera, se podría asegurar que los productos procedentes de nuestros océanos siguen siendo una parte fundamental en la alimentación de la creciente población humana y, de esta manera, garantizar la subsistencia de millones de personas que viven de estas actividades, también en los países en desarrollo.

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[1] The World Bank. Fish to 2030: Prospects for Fisheries and Aquaculture. Washington. Page XV; http://www.fao.org/docrep/019/i3640e/i3640e.pdf

[2] The World Bank. Fish to 2030: Prospects for Fisheries and Aquaculture. Washington. Page VII; http://www.fao.org/docrep/019/i3640e/i3640e.pdf

[3] Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). The State of World Fisheries and Aquaculture 2014. Rome. Page 66; http://www.fao.org/fishery/sofia/en

[4] The World Bank. Fish to 2030: Prospects for Fisheries and Aquaculture. Washington. Page VII; http://www.fao.org/docrep/019/i3640e/i3640e.pdf

Cuadro 1: Contribución relativa de la acuicultura y de la pesca de captura al consumo de pescado en la alimentación [3]